El retorno del rey
El Athletic tuvo que esperar a la tanda de penaltis para derrotar a un Mallorca ordenado y peleón, que siempre estuvo en la final
Dani Rodríguez adelantó al equipo de Aguirre y Sancet igualó para los rojiblancos nada más regresar del descanso
Cuarenta años después el Athletic de Bilbao volvió a levantar una Copa del Rey. Los leones tuvieron que esperar hasta la tanda de penaltis para derrotar a un Mallorca ordenado y peleón que se puso por delante con un gol de Dani Rodríguez. Igualó la final Sancet nada más comenzar la segunda mitad y luego la final se enredó. En la prórroga no ocurrió nada y en la tanda de penaltis los rojiblancos estuvieron más acertados que los baleares, que erraron dos penas máximas.
Ernesto Valverde, un tipo más tranquilo que un francotirador con un lexatin, y Javier Aguirre, el entrenador que se cayó en la marmita del carisma, lucieron sus mejores galas. Por algo era una final, oiga. La noche que las aficiones del Athletic y el Mallorca llevaban esperando desde que ambos equipos confirmaron hace semanas su condición de finalistas de la Copa del Rey.
En el Athletic salían de inicio Agirrezabala, el portero de la Copa; De Marcos, Vivian, Paredes y Yuri en la defensa; Galarreta, Prados, Iñaki Williams y Sancet en el centro del campo; con Nico Williams y Guruzeta como jugadores más adelantados. Por el Mallorca Javier Aguirre elegía a Greif, suplente en Liga y héroe de Anoeta; Gio González, Valjent, Raíllo, Copete y Lato en la defensa; Darder, Samu Costa y Dani Rodríguez en mediocampo; con Muriqi y Larin como delanteros.
Con los 22 protagonistas ya sobre el césped, acompañados de Munuera Montero en la labor arbitral, sonó el himno. Hubo pitos para variar. Lo de siempre. Y un extemporáneo bufandeo acompañado de gritos de «¡Athletic, Athletic!» para evitar que se pudiera escuchar el himno nacional. Bueno, me muerdo la lengua y al fútbol. Que comenzó con un pelotazo de Copete a su compañero Samu Costa y una carrera de Nico Williams que desarboló al Mallorca. Y eso en los primeros 30 segundos de final.
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Salió precipitado el Mallorca, impreciso con la pelota, y tranquilo el Athletic, que decidió entregarle el balón al equipo de Javier Aguirre y buscar la velocidad de los Williams. Fue así en los primeros minutos, justo hasta que el técnico mexicano se dio cuenta de la trampa que le estaba preparando Valverde y echó a su equipo atrás. Ahora la pelota era rojiblanca y el repliegue bermellón, verde en La Cartuja.
Sopapo del Mallorca
El Mallorca empezó a sentirse en su salsa en el repliegue intensivo con Aguirre como maestro de ceremonias desde la banda. Hubo que esperar al cuarto de hora para ver la primera parada de la final, que hizo Greif a disparo lejano de Galarreta que se iba fuera, por cierto. Dos minutos después llegó la primera del Mallorca con un disparo de Muriqi, a regalo de Iñaki Williams, que desvió a córner con apuros Agirrezabala.
Fue el primer aviso del Mallorca. No habría más. Al segundo llegó el gol. Fue a la salida de un córner que se le fue enredando al Athletic hasta acabar con tres remates consecutivos, una genial asistencia de Raíllo y un golazo de clase de Dani Rodríguez. Los jugadores del Mallorca lo celebraron como si le hubieras tocado el Euromillón. Les faltó bañarse en champán nada más.
El Athletic acusó el sopapo. Los leones de la grada dejaron de rugir y los del campo apenas pegaban zarpazos. Sí lo hizo Paredes con un entradón a Muriqi que bordeaba la roja y Munuera Montero lo zanjó con una amarilla. Los rojiblancos eran un manojo de nervios, incapaces de encontrar filtraciones en la defensa granítica del Mallorca. El equipo de Aguirre era hormigón armado en el repliegue y los de Valverde se daban cabezazos contra el muro.
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Un disparo de media volea de Guruzeta que atrapó abajo Greif fue la segunda ocasión clara del Athletic en la final. El portero del Mallorca se sentía cómodo y seguro en cada acción. Igual que Samu Costa, amo y señor del centro del campo capaz de devorar él solito a todos los centrocampistas rojiblancos.
Pero en el 38 hubo una filtración en el costado izquierdo de la zaga mallorquinista. Nico Williams tiró la pared con Yuri, que le habilitó dentro del área y el internacional español marcó un golazo. Lo anuló el asistente, que levantó la bandera, y lo ratificó el VAR con el fuera de juego semiautomático. Lo era. Respiró Aguirre y se lamentó Valverde. El Mallorca seguía con el 1-0 a su favor y así llegaría al descanso en la final de la Copa del Rey.
Iguala el Athletic
Del que regresamos con la mejor noticia posible para el Athletic. Los leones, ya con la final medio perdida, salieron de la jaula y encerraron en ella al Mallorca. La ocasión de Larin que paró Agirrezabala fue un espejismo porque raudo llegó el golazo de Sancet a los cinco minutos de la reanudación. Nació de una pérdida de balón de Dani Rodríguez, que reclamó falta pero fue torpeza, la pelota cayó en Nico Williams, que filtró un pase medido a Sancet, que no perdonó ante Greif.
El Mallorca, hundido ante el empuje del Athletic, pedía a gritos cambios porque se desangraba en la final. Justo el que había hecho Valverde en el descanso (Vesga por Paredes) había agitado a los rojiblancos, que gobernaban la final con autoridad. Se mascaba el segundo del Athletic si Aguirre no reaccionaba rápido y comenzaba a mover su banquillo.
Un error de Greif en un saque de meta al resbalarse casi provoca el segundo tanto bilbaíno. Aguirre metió a Morlanes y Antonio Sánchez por Larin y Darder justo a la hora de final. El mexicano blindaba su centro del campo y dejaba a Muriqi solo arriba. Sufría el Mallorca y disfrutaba un Nico Williams, que eliminaba rivales como si fueran conos. Era el hombre de la final. Iba sobrado.
Por suerte para el Mallorca los cambios, algo tardíos en salir fueron rápidos en hacer su efecto. Ganó fuelle el equipo balear y se tomó algo de respiro el Athletic. El equipo de Aguirre volvía a ser fiel a sí mismo y a defenderse con orden y entusiasmo. El tercero en salir fue Radonjic por el goleador Dani Rodríguez.
Valverde también movió ficha. Sacó del campo a Galarreta y metió a Unai Gómez, ese futbolista que es un clon de Rocky Balboa. La final volvía a ser un puñetero jeroglífico. El tiempo se agotaba y ambos equipos tenían más miedo a perder que ganas de ganar. El Mallorca, tras los dos primeros cambios, había vuelto a llenar de cemento la final. Con Nico Williams desactivado por el currante Antonio Sánchez y con Samu Costa muriendo en cada cruce, el partido desprendía un insoportable tufo a prórroga.
Media hora extra
La hubo. Y eso que el Athletic tuvo una ocasión postrera con un disparo de Guruzeta que se envenenó y despejó con apuros Greif. Media hora extra de una final con más emoción que calidad, con más corazón que cabeza, con más empuje que fútbol. Valverde hizo tres cambios de golpe: Muniain, Berenguer y Raúl García por Iñaki Williams, Sancet y Guruzeta. En el Mallorca entró Maffeo por Valjent.
La prórroga se enredó con sendos trompazos en los que estuvo presente Unai Gómez para hacer bueno su parecido. Le graparon la cabeza y apenas pestañeó como si le picara un mosquito. Ni rastro de fútbol en la primera mitad del tiempo extra. Empezaron los calambres y el todo el mundo al suelo. Una falta en el 101 que se inventó Munuera y lanzó fuera Muniain fue la única ocasión en la insufrible primera mitad de la prórroga.
Aún nos quedaba la segunda, que no podía ser peor. Apretó un poco el Athletic ante un Mallorca que sólo pensaba en llegar como fuera a los penaltis. Muriqi, con la cabeza vendada y tieso perdido, sembraba pavor en los balones aéreos. Pero los baleares lo fiaban todo a su particular manual de resistencia.
Le funcionó el plan a Aguirre aunque Nico Williams tuvo en sus botas la final en un remate a bocajarro el gol del triunfo pero se cruzó Gio para meter un pie salvador y la pelota acabó rozando el poste. Luego el héroe fue Agirrezabala con un paradón abajo a un cabezazo picado de Muriqi. Mientras, Samu Costa seguía corriendo como Forrest Gump y celebrando cada recuperación de balón como si fuera un gol.
En los minutos finales, con el Mallorca liquidado físicamente, el Athletic trató de ganar la Copa antes de los penaltis. No le quedada mucho tiempo pero era la única forma de evitar jugarse el título a la lotería. Un córner postrero a favor de los rojiblancos provocó una avalancha de abrazos y agarrones por parejas. Fue la última antes de irnos a la tanda de penaltis.
Show de Aguirre y penaltis
Cerca ya de la una de la madrugada comenzó la prórroga. Lo que hizo Javier Aguirre al elegir a sus jugadores coreando a cada lanzador acabó con un corrillo de jugadores del Mallorca saltando, celebrando y bañando en agua a su entrenador. Un puñetero genio el mexicano. Su equipo podían perder, pero ya habían empezado a ganar.
Abrió plaza Muriqi para el Mallorca. Engañó al portero. Gol. 1-0 para los de Javier Aguirre. Iba Raúl García por el Athletic. Gol aunque Greif adivinó el sitio. 1-1. Turno para Morlanes en el Mallorca. Paró Agirrezabala, que adivinó el sitio y se tiró antes. 1-1. Le tocaba al capitán Muniain. Gol. 2-1. Ahora iba Radonjic para igualar. Fuera. Seguía el 2-1 para el Athletic, que acariciaba la Copa. Vesga podía casi sentenciar. Lo hizo pese a resbalarse. 3-1. Si fallaba el Mallorca, campeón el Athletic. Turno para Antonio Sánchez. Gol. 3-2. Si Berenguer marcaba, la Copa se iba para Bilbao. Lo hizo, estalló la afición del Athletic de La Cartuja y los rojiblancos volvieron a levantar una Copa 40 años después.